De todo lo que pensamos resultó lo que hoy les compartimos... "Caminante, no hay camino, se hace camino al andar"
“Vamos desandando este camino”... Camino que se hace en
comunidad... que sentimos que Dios nos tiene preparado y pensado. Camino en el
que te encontrás muchísimos rostros, que aparecen cuando menos lo esperas pero
cuando más los necesitás y te cambian la vida para siempre. Camino con
altibajos, con momentos lindos y momentos feos, que nos llenan de amor, que nos
hacen sufrir, que nos ayudan a crecer.
Pensando en la
palabra “desandar”... ¿Qué significa esto? En el encuentro de "mi historia"
con la de Jesús, de " mi vida" con la de Él, de "mi sangre"
con la Suya. Si no desandamos el caminar, si no hay "conversión"
por parte nuestra, significa que ese encuentro no ha sido efectivo. Si seguís
caminando igual después de encontrarte tantas veces con este Dios que se
manifiesta en las personas, en las situaciones, en los problemas y las
alegrías, este Dios que te "apaña en todas", habría que preguntarse
¿le abrí mi corazón?, ¿realmente me dejé encontrar?, ¿voy caminando con él; o
me adelanté y yo pasé a ser el protagonista?
Desandar es desanudar el hilo de mi vida y ver en qué momentos a través de un juego, una charla, una comida, un mate o una cerveza, una oración o simplemente en el rostro de una persona que vi en la calle, logramos encontrar a Quién sostiene mi vida, mi historia, mi andar.
Mi historia, mi pasar, mi vida, mi camino no se construye solo, lo vamos haciendo con otros, que enriquecen (y que a veces dificultan) este caminar. Soy con otros, vínculos, relaciones, unidad, nada se podría dar si no estamos juntos, tejiendo redes mientras caminamos. Y poder decir “nuestra historia”, “nuestra vida”, “nuestro camino”.
Desandar es desanudar el hilo de mi vida y ver en qué momentos a través de un juego, una charla, una comida, un mate o una cerveza, una oración o simplemente en el rostro de una persona que vi en la calle, logramos encontrar a Quién sostiene mi vida, mi historia, mi andar.
Mi historia, mi pasar, mi vida, mi camino no se construye solo, lo vamos haciendo con otros, que enriquecen (y que a veces dificultan) este caminar. Soy con otros, vínculos, relaciones, unidad, nada se podría dar si no estamos juntos, tejiendo redes mientras caminamos. Y poder decir “nuestra historia”, “nuestra vida”, “nuestro camino”.
“Somos
trashumantes de la historia”... La trashumancia se define como un tipo de pastoreo en
continuo movimiento, adaptándose en el espacio a zonas de productividad
cambiante. Se diferencia del nomadismo en tener asentamientos estacionales
fijos y un núcleo principal fijo (pueblo) del que proviene la población que la
practica. De lo que entiendo es la forma en la que una persona se mueve de su
pueblo, del asentamiento fijo y que tiene constante movimiento. Como animador
lo sentí en la forma en la que salimos de lo normal, de no quedarnos en casa a
ver como "la vida pasa por el lado" y no hacer nada por la misma. Siento que somos "trashumantes", personas que salimos de lo
común, que van siempre con la entrega sin querer nada a cambio, somos
caminantes en búsqueda de curiosidades nuevas, nunca nos quedamos con lo que
tenemos, siempre queremos más y ayudar más.
“Somos artesanos de memoria, y esta lleno de rostros nuestro andar”... Pienso en qué nos hace humanos, qué nos hace animadores, qué nos hace cristianos y creo que es que nos enterramos en el barro, que damos nuestro corazón y todo lo que somos por el otro. En definitiva, que lo que nos hace ser nosotros es ese otro. Creo que está lleno de rostros nuestro amor, porque todo lo que hacemos afecta a un otro y lo que hacen los otros nos afecta a nosotros. Y que en especial como animadores mucho de lo que hacemos es por los pibes, por un otro al que amamos y porque creemos en un Jesús amigo, que nos enseña la belleza y la importancia de amar al otro. Y así como muchas personas cambian nuestra vida, nosotros también podemos ser luz para muchísima gente. Sin darnos cuenta, podemos pasar de repente a ser parte clave en la vida de alguien. Con un consejo, con una escucha, con un compartir, con un estar.
“Brotando luz de tus cenizas”...
Siento que el oratorio, el apoyo, saltimbanqui, en fin, los pibes y los
animadores sacan lo mejor de mi. Incluso cuando siento que cuando no quedaban
ni cenizas, el abrazo, la sonrisa, la palabra, hicieron y me dieron fuerzas
renovadas para volver a creer que todavía queda mucho por dar y mucho por
recibir.
“Vientos de tu andar”... Cuántas
realidades que nos atraviesan, nos desordenan todo lo que teníamos tan seguro,
cuántas veces quisimos rendirnos porque nos sentimos muy chiquitos para
resolver esos problemas, cuántas veces nuestra propia historia nos dejó en el
piso. Pero de eso se trata también, superarnos y encontrar en el desorden un
cachito de luz. Saber que no somos superhéroes, pero capaz por un segundo y en
lo cotidiano para el otro lo somos.
Entendemos
que con simples gestitos cotidianos, con nuestro apostolado, con un abrazo,
podemos impactar muchísimo más de lo que pensamos. Estoy segura que cada uno de
nosotros está por algo en este mundo. Que no vinimos porque sí. Por eso somos
todos super valiosos. Y la clave está en el saber que de este camino no vamos a
salir ilesos. Que para vivir, justamente hace falta VIVIR. Vivir con
intensidad, con todo, llorar, reír, amar, bailar, gritar, buscar, encontrarse,
encontrarnos. Recordando siempre que al camino no lo caminamos solos.
Agos
Sanchez, Belu Gisbert, Guada Garione, Agus Loyola,
Anita Puttini,
Andrés Orrego, Juampi Bordón y Juli Garione
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