María, mujer que guardabas y
meditabas en tu corazón las búsquedas y los discernimientos de tu Hijo… te confiamos nuestro sueño de poder encarar
nuestra cotidianeidad desde los criterios del Evangelio, cultivando una
interioridad llena de Dios que nos ayude a sentir amada nuestra fragilidad y
así poder ser signos del amor de tu Hijo para los más frágiles de esta
sociedad.
María, mujer que te pusiste en
camino a servir a quién más lo necesitaba sin especulaciones ni excusas... te confiamos nuestro sueño de vivir una vida
que valga la pena ser vivida, entregada totalmente por nuestros hermanos y
hermanas que más nos necesitan, abandonando las excusas que nos detienen en el
camino y siendo, como vos, auxilio en los tiempos difíciles.
María, mujer fecunda y llena de
Amor, que trajiste al mundo a la Vida que libera y plenifica…te confiamos nuestro sueño de ser instrumentos
de liberación, de plenificación, de transformación del mundo, de construcción
de una Tierra Nueva, cómo lo fue Aquél a quién llevaste en tus entrañas.
María, mujer que te bancaste en
silencio el dolor de Tu hijo, que permaneciste fiel al pie de la Cruz, que
acompañaste a tu Hijo hasta las últimas consecuencias…te confiamos nuestro sueño de acompañar el dolor de los pibes y las
pibas en situación de expulsión, de estar siempre al pie de la cruz, de no
dejarlos solos nunca, de compartir sus sufrimientos y ayudarlos a cargar su
cruz cuando nos sea imposible transformarla juntos.
María, que gracias a tu palabra
de aliento comenzó la misión liberadora de Jesús…te confiamos nuestro sueño de que, por medio de nuestro testimonio y de
nuestra acción –cómo Vos en aquella boda de Caná- podamos ser signos y
portadores del amor de Dios para que pueda llegar a aquellos que atraviesan
situaciones complejas de enfrentar.
María, madre de la primera
comunidad que se animó a jugarse la vida por la construcción del Reino… te confiamos nuestro sueño de trabajar
siempre juntos, de jugarnos la vida por los demás, de tener espacios par rezar juntos... ayudanos a bancarnos,
a reunirnos, a no cortarnos solos cómo francotiradores, sino a acompañarnos en comunidad en
nuestro trabajo cotidiano...
María, que no dudaste en afirmar
que “El señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes,
colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías”… ayudanos a tener clara la opción que
hiciste Vos, que hizo tu hijo: la del amor preferencial a los pobres.
Hace algunas semanas el Papa
Francisco afirmaba en Fátima: “La Virgen María no es una “santita” que regala
gracias baratas […] que se vuelve encargada de una oficina de telégrafos y
envía un mensaje cada día”. Cuantas veces presentamos a María de esta manera,
tan lejana a lo que nos revela el Evangelio...y cuántas veces nos olvidamos de anunciar lo que María que fue: una mujer luchadora, trabajadora, creyente en el Dios que ama a los pobres y nos compromete en el trabajo de un
mundo nuevo, que se pone en camino inmediatamente para ayudar al que lo
necesita, llena de fuerza para acompañar a su Hijo condenado como un
delincuente…
Ojalá qué, cómo ella, podamos ser auxilio de los pibes y las pibas
más pobres y también nos dejemos auxiliar por ellos…
Mauro
CULTURA DE BARRO
No hay comentarios.:
Publicar un comentario