lunes, 31 de agosto de 2015

En busca del Centro - ¿Game of Thrones?

Continuando con la reflexión en torno a los medios que se vuelven fin[1], y los riesgos que esto trae para la pastoral, la comunidad, los pibes, entre otras cosas, proponemos pensar hoy, en torno a las relaciones de poder que muchas veces se gestan implícita o explícitamente. 

Tomamos prestado el nombre de una famosa serie, que en su traducción sería llamada: “Juego de Tronos”. Allí, los personajes, pertenecientes a distintos reinos y dinastías, luchan para dominar todas las naciones desde la capital del imperio. En la historia, numerosamente, se dan situaciones de engaños, peleas, discusiones, traiciones. 

Si bien traemos a la reflexión una serie novelada, donde todo lo que ocurre es mera ficción, notamos que muchas veces en el seno de la comunidad de animadores, se dan determinados conflictos o vivencias, que remiten a cuestiones en torno al poder. Reflexionaremos sobre tres ideas. 

Cuando todo se piensa en “bandos”: En la serie, se dan alianzas, se generan bandos, donde se unen fuerzas para conquistar, defenderse, entre otras cosas. De la TV a la experiencia concreta y real, pareciera que hay un abismo, y sin embargo, ¿no se dan estas situaciones en nuestros grupos?

Muchas veces se genera una tensión no sana que forma un “ellos” y un “nosotros”, provoca divisiones y si el grupo puede hacer consciente esto, ve lo absurdo del momento. 

Con esto no queremos decir que todos debemos ir para el mismo lado, todos debemos pensar igual, todos tenemos que decir siempre sí. No, no es la idea, porque la diversidad debe ser una oportunidad para crecer, debe ser buscada y abrazada con agradecimiento. Sería imposible pensarnos todos iguales, y perderíamos la posibilidad de múltiples miradas sobre la vida misma.

El conflicto surge cuando la diversidad pasa de ser una riqueza y oportunidad, a una situación de conflicto, de intereses particulares, de encierro, entre otras cosas. ¿Cómo salir de estos mecanismos de bando que no construyen y no nos dejan aprovechar la diversidad, las múltiples opiniones y los variados puntos de vistas? ¿Cómo mejorar la comunicación, el diálogo?

Si desde las diferencias, podemos todos vislumbrar el Centro como fondo de nuestras opciones, las relaciones se resignifican, las barreras establecidas se caen y aparece la oportunidad de vínculos muchos más fraternos.

El afán por ocupar un “cargo”: Mencionar o hacer referencia a la palabra “cargo”, nos remite a pensar que hablamos de una empresa, a pensar en puestos de trabajo, en posibilidad de ascensos o descensos. Sin embargo, es una constante, en muchas experiencias pastorales, el esfuerzo constante para conseguir un lugar de coordinación, de referente, de jefe, delegado, entre otros. 

Desde esta mirada, reduccionista y utilitarista, evidentemente perdemos de vista el Centro, ya que nosotros mismos pasamos a convertirnos en centro. Se pasa de trabajar en pos del Centro, a trabajar para ser yo mismo el centro. Dar la vida para hacerme centro, que todo pase por mí, que pueda controlar todo. 

Sin embargo, es notorio poder traer palabras del mismo Centro al que intentamos apuntar, cuando categóricamente afirma: “el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir” (Cf. Mt. 20, 24-28). 

¿Cuál es la ganancia? Si el término “cargo” nos remitía a un lenguaje empresarial, la palabra “ganancia”, podría ir totalmente de la mano. Pareciera que a partir del cargo que se ocupa, se calcula una determinada ganancia, al igual que un trabajo remunerado. El hecho de mencionar esta idea ya causa risas, ¿qué es lo que se gana? Hasta donde conocemos, todo lo contrario, uno se cansa de gastar en galletas, jugos, fotocopias, colectivos, entre otras cosas.

Por esto, la pregunta que nos hacemos es: ¿se busca prestigio, poder, influencia sobre los demás, dinero? Si se busca, evidentemente un grupo de apostolado, de MJS, de oratorio, un batallón de exploradores, cualquier otro espacio, no es un lugar para encontrar esto. O sí, pero no si consideramos que vamos a estos espacios, con el fin de encontrarnos con el Centro y compartir el Centro a los demás. ¿Tiene algo esto que ver con la lógica del Reino, donde los últimos son los primeros, donde el último obrero que llega a la viña cobra lo mismo que el trabajador de todo el día (Mt. 20, 1-16)?

Para seguir profundizando:
  • Podés tomar algunas de las preguntas del texto e intentar ir pensándolas, rezándolas, respondiéndolas. También, rezar un rato con Mt. 20, 1-16.


Emiliano

CULTURA DE BARRO





[1] http://culturadebarro.blogspot.com.ar/2015/08/en-busca-del-centro-medio-o-fin.html

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