Encontrarnos con Vos, Cristo crucificado, es ver cuantos yacen en los cruces de los caminos, olvidados, excluidos. "Estar" en un cruce de camino es estar en ningún lugar, allí no se pertenece a nada y por ello ¿Quién se hará cargo?
Encontrarnos con tú cruz, Cristo crucificado, es encontrarnos con lo más doloroso y menos humano que existe. Ver como tantos son olvidados y aunque muchas veces pidan ayuda, no son escuchados.
Encontrarnos con tu corona de espinas, Cristo crucificado, es sentir la burla con la que toman a tu pueblo, donde una madre embarazada puede estar padeciendo pero nadie acude a su encuentro; el sistema esta fuera de linea, este no es el número, la ambulancia llega después de una hora... Que la madre y la criatura estén bien, en este caso, solo es por Tu obra.
Encontrarnos con tu muerte, Cristo crucificado, es saber que a veces no llegamos a tiempo, que hubo un derecho vulnerado y nadie estaba allí para tender una mano. Tú muerte que se repite es nuestro pueblo, querido Cristo, nos duele.
Encontrarnos, Cristo, porque hasta en la Cruz saliste al encuentro de los dos que estaban clavados a tu lado. Deberemos optar por decirte sálvate a ti y a nosotros o acuérdate de mi cuando llegues a tu Reino.
¡Encontrarnos! Eso es signo de que esto no vence, de que mañana vendrá un nuevo día, de que podemos creer en una verdadera utopía; no aquella que se aleja cuanto nos acercamos sino la del Reino aquí y ahora, que cuando damos un paso hacia ella, no duda en hacerse presente en nuestra historia.
CULTURA DE BARRO
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