lunes, 9 de marzo de 2015

"No hacen falta alas" - Silvio Rodríguez

Nueva semana y en la sección musical de Cultura de Barro te compartimos la canción "No hacen falta alas" interpretada por Silvio Rodríguez.
Aquí está para que puedas escucharla:


Y aquí la letra para que puedas seguirla: http://www.musica.com/letras.asp?letra=848812


Cuántas veces pensamos y repensamos nuestros sueños, aquellos que nos desvelan y provocan que nos desvivamos por cumplirlos. Siempre, cada uno en el horizonte, tiene algún sueño, a veces un poco más claro, otras más difuso. Usualmente está relacionado a una realización personal,  en pos de conseguir un objetivo, un logro, pero... 
¿Cuáles son los sueños que tenemos como humanidad, como sociedad?

Sin dudas que pasan miles de situaciones, problemáticas, anhelos y utopías por nuestros corazones.  Lo importante es saber que todo aquello que soñamos es posible. Que triste sería si nuestros sueños quedarían inconclusos, en un marco ilusorio, sin proyectarse en lo concreto. Que triste sería sino somos capaces de confiar en que nuestros sueños son realizables. Es necesario convencerse, como canta Silvio, que no hacen faltas alas para hacer un sueño. Sin volarnos, aquí pisando la tierra, podemos llevarlo adelante. Claro está, que para que ello resulte, debemos estar convencidos,  debemos poner todo de nosotros: basta con las manos, basta con el pecho, basta con las piernas y con el empeño.

Debemos estar convencidos de que nuestro sueño, como jóvenes que intentamos salir al encuentro del Otro, debe ser plural. Y ¿Por qué plural? Porque no estamos solos, porque solos tampoco podemos y por sobre todo porque hay muchísimos más que comparten algo de este sueño; ese compartir nos hermana y nos enseña a decir como el trovador cubano: acepto cuanto pueda ser útil al coro que compongo siempre que quieras compartir un sueño ancho, largo y hondo. Por eso, si en el barrio hay muchos que trabajamos por lo mismo: ¿Por qué sectorizar? ¿Por qué encerrarnos? Agilizar la formación de, como diría el Padre Montaldo, vasos comunicantes entre los distintos actores sociales, nos hace sabernos en camino por un mismo sueño. Para ello tenemos que estar convencidos en que debemos estar dispuestos a romper moldes, a dejar estructuras viejas, a compartir el sueño que expresa Francisco: sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación. (EG N°27)

El sueño del Reino entre los más pobres es así, amplio por donde se lo mire; donde se acepta a quien busque aquello, basta el buen sentido del amor inmenso. Cuando nos atrevemos a alzar el vuelo sin alas, el sueño empieza a hacerse carne. Allí, atreviéndome a parafrasear a San Pablo, ya no habrá  oprimido ni opresor, negro ni cheto, católico ni evangélico, porque todos nosotros seremos uno solo en el Amor, que no es más ni menos que Cristo Jesús. 


" (...) nuestro sueño vuela más alto. No hablamos sólo de asegurar a todos la comida, o un decoroso sustento, sino de que tengan prosperidad sin exceptuar bien alguno. Esto implica educación, acceso al cuidado de la salud y especialmente trabajo, porque en el trabajo libre, creativo, participativo y solidario, el ser humano expresa y acrecienta la dignidad de su vida. El salario justo permite el acceso adecuado a los demás bienes que están destinados al uso común" Francisco (EG N°192)





CULTURA DE BARRO
 

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