Es Sábado Santo. Un día en el que podemos hacernos miles de preguntas, atravesar distintas sensaciones. Pero también es necesario actuar, estar presentes, “latiendo vivo en un silencio amante”…
“Silenciándonos”…en un silencio que no implica quedarnos quietos, mirando desde afuera. En un silencio que acompaña, que quiere ser testigo, formar parte.
“Ofreciéndonos”…compartiendo, dando lo que somos. Entendiendo que cada uno es importante, necesario para construir el encuentro.
“Encendiéndonos”…siendo portadores firmes de nuestro mensaje, para poder transmitirlo, y contagiar la alegría de vivir al servicio de los demás.
“Donándonos”…sin encerrarnos en nosotros mismos, en nuestros propios intereses. Abriendo el corazón a tantos que hoy lo necesitan.
“Volviendo simple la historia complicada”…Se puede lograr mucho desde lo pequeño, sencillo y concreto, entendiendo que las historias complicadas siempre van a estar, pero depende de nosotros sentirlas y no dejarlas pasar, comprometernos.
“Ser pan del pobre, sagrado pan humilde”, para calmar el hambre de tantos rostros que nos piden ser vistos, tantos testimonios que nos piden ser escuchados, y tantas ilusiones que nos piden ser incluidas.
Ser “hostias vivas”, que nunca dejan de entregarse y repartirse. Que llegan hasta lugares olvidados o desconocidos, que no hacen diferencia ni dividen por clases, que no dejan de lado al más débil.
Por eso, hoy, Sábado Santo, es una invitación a transformar el silencio en acción, a vivir la acción desde el silencio, ser “hostia pura, inmensa en su secreto”…
Agustina
CULTURA DE BARRO
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