martes, 23 de octubre de 2018

– La Gracia no excluye – Reflexión desde la Misa por Paz, Pan y Trabajo



             El pasado sábado se realizó en la Basílica de Ntra. Sra. De Lujan, una Misa  bajo la consigna “Paz, Pan y Trabajo”.  La misma trajo mucho revuelo mediático  el cual, una vez más, persigue a la figura de nuestro querido Francisco. Es por ello que creemos necesarias estas palabras, para echar luz allí donde muchos buscan oscurecer.
                La ocasión  fue momento oportuno para forjar el ecumenismo y el diálogo interreligioso. Participaron referentes de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas, de la Iglesia Metodista, de la Casa para la Difusión del Islam y del llamamiento Argentino Judío. Esto nos hace comprender que no fue un acto exclusivo de la Iglesia Católica Romana, sino más bien se buscó que todas las confesiones estén representadas para unirse, como el Pueblo Hebreo esclavo en Egipto,  en un mismo clamor hacia el Padre (Cfr. Ex. 2, 23-25). Ese clamor no es algo que sea ajeno a nuestra sociedad. “Paz, pan y trabajo”  representan cimientes propios de nuestra vida común, a los que ninguna persona de buena voluntad podrían oponerse.
                Tanto el Obispo de Mercedes-Luján como el Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina Mons. Ojea, han aclarado [1] ciertas cuestiones que  para algunos, intencionalmente  parecen no ser tan obvias. Pero no es aquí donde queremos hacer hincapié, creemos que los Obispos han sido claros en las motivaciones de esta propuesta.
                A partir de esta situación, sobreviene inmediatamente un cuestionamiento ¿Qué hace pensar que la Iglesia no hace política? ¿Acaso el Evangelio no tiene una dimensión y consecuencias de esta índole? Diversos sectores manifestaron que la Iglesia no debe meterse en política pero ¿qué concepto de política y de Iglesia hay detrás de estas críticas?
                En primer lugar, hay que volver a aclarar una cuestión conceptual. Entendemos a la política  como aquello que incumbe a  lo público,  aquello que nos toca a todas las personas que habitamos  este suelo. Otra cosa muy distinta, que hemos de repetir hasta el hartazgo, es la política partidaria. La acusación, hecha desde los grandes monopolios de desinformación, es de realizar precisamente partidismo. El anuncio y mensaje de Jesús, al decir del Monseñor Hesayne, molesta y trastoca intereses[2]. Esto es un hecho, no siempre se puede quedar bien con todas las personas, el Evangelio recibe a todas pero no a todas les dice lo mismo.  Mientras que algunas les dice que les pertenece  el Reino de Dios (Cfr. Lc. 6, 20) a otras las llama a convertirse para lograr la salvación, que a veces hasta parece algo muy difícil, casi  imposible, pero El mismo Maestro nos recuerda que no hay nada imposible para Dios  (Cfr. Mc. 10, 23-17). Sin embargo, pareciese incluso que, para algunos sectores eclesiales “bienentendidos”,  la Gracia puede negarse o que es una cuestión privativa, exclusiva, dejando entrever una salvación selectiva. Ante esto, reafirmamos  las palabras de San Pablo Apóstol Dios quiere todos se salven (1 Tim. 2, 4).
                En segunda instancia, cuando hablamos de Iglesia ¿a qué estamos refiriendo? Atrás queda entender a la Iglesia como una mera cuestión institucional, esto no quiere decir que no exista esta dimensión, pero aquellos que buscamos andar los caminos del Evangelio, no podemos quedarnos en este reduccionismo, del cual nos vemos cotidianamente bastante excluidos. El Concilio Vaticano II nos dice al respecto “Cristo, el único Mediador, instituyó y mantiene continuamente en la tierra a su Iglesia santa, comunidad de fe, esperanza y caridad, como un todo visible, comunicando mediante ella la verdad y la gracia a todos”[3].  La Iglesia como comunidad de los fieles que comunica la gracia a todos y todas, hace presente  el Misterio de la salvación, el cual es también para todos y todas, sin exclusividades. Por eso, ¿con qué actitud se dice que dicha celebración no debería haberse realizado? ¿Por qué reunirse a rezar por “paz, pan y trabajo” genera tanto revuelo?
                Quizá desde los muy diversos sectores que se han expresado en contra, no les moleste tan solo quienes hayan participado en la celebración,  sino algo que ya a esta altura es evidente. Molesta que se denuncie un modelo económico que cada día le hace la vida más difícil a nuestro Pueblo, donde “la mano invisible del mercado con su teoría del derrame nunca termina llegando, porque la copa siempre necesita crecer más”[4]. Molesta una oración conjunta[5] en donde se sostiene con firmeza que crece el número de pobres, que falta el techo y la tierra, que se deteriora el sistema de salud y la educación pública. No se soporta que se diga públicamente algo que ya se sabe a voces,  que el poder judicial está deteriorado. Resulta insoportable  pedir a Dios que nos libre del hambre, escándalo impensable para las élites acomodadas.  Incomoda rezar, pensar y trabajar por una Madre Patria donde nadie quede afuera.  Y sin duda molesta, interpela, cuestiona, impacienta ver que de distintos sectores se busque hacer carne el mandato de Jesús:  la unidad como condición para que el mundo crea (Cfr. Jn. 17, 21-23).  Esta unidad de diversos credos, confesiones, procedencias, representa  la diversidad de nuestro Pueblo que se une en un único pedido: ¡Paz, pan y trabajo! [6].
                Pidamos a  la Virgencita de  Luján, Madre y Patrona del Pueblo Argentino, nos ayude a ser siempre Iglesia profética   denunciando los sistemas que oprimen y excluyen, anunciando así,  con la certeza del Espíritu, que  un mundo más humano, más justo, más de Dios es y debe ser posible.



Gustavo

CULTURA DE BARRO







[2] HESAYNE M. Jesucristo: Vida para el Pueblo (2006) Ed. Patria Grande pp. 41-42.
[3] Constitución dogmática sobre la Iglesia  “Lumen Gentium” (1964)  N°8.
[4] Curas villeros de CABA Y GBA Los movimientos sociales y su compromiso por una patria para todos (2018)
[5] Oración Ecuménica por Paz, Pan y Trabajo disponible en https://www.youtube.com/watch?v=2MUJE2Iwulo
[6] Vale tomar como ejemplo, para notar como molesta cualquier expresión de disconformidad, el caso que se dio a conocer en estos últimos días. Un taxista que esperaba en el aeropuerto de Ezeiza  a  un pasajero de una ONG alemana llamada “Brot für die welt” (pan para el mundo) fue demorado por la policía por llevar dicho cartel y obligado a cambiarlo, por considerarlo una “manifestación política”.  https://www.bigbangnews.com/actualidad/Fue-a-buscar-un-pasajero-al-aeropuerto-con-un-cartel-que-decia-Pan-para-el-mundo-y-la-policia-se-lo-hizo-bajar--20181019-0006.html.

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