El
pasado sábado se realizó en la Basílica de Ntra. Sra. De Lujan, una Misa bajo la consigna “Paz, Pan y Trabajo”. La misma trajo mucho revuelo mediático el cual, una vez más, persigue a la figura de
nuestro querido Francisco. Es por ello que creemos necesarias estas palabras,
para echar luz allí donde muchos buscan oscurecer.
La
ocasión fue momento oportuno para forjar
el ecumenismo y el diálogo interreligioso. Participaron referentes de la
Federación Argentina de Iglesias Evangélicas, de la Iglesia Metodista, de la
Casa para la Difusión del Islam y del llamamiento Argentino Judío. Esto nos
hace comprender que no fue un acto exclusivo de la Iglesia Católica Romana,
sino más bien se buscó que todas las confesiones estén representadas para
unirse, como el Pueblo Hebreo esclavo en Egipto, en un mismo clamor hacia el Padre (Cfr. Ex.
2, 23-25). Ese clamor no es algo que sea ajeno a nuestra sociedad. “Paz, pan y
trabajo” representan cimientes propios
de nuestra vida común, a los que ninguna persona de buena voluntad podrían
oponerse.
Tanto el
Obispo de Mercedes-Luján como el Presidente de la Conferencia Episcopal
Argentina Mons. Ojea, han aclarado [1] ciertas cuestiones que para algunos, intencionalmente parecen no ser tan obvias. Pero no es aquí
donde queremos hacer hincapié, creemos que los Obispos han sido claros en las
motivaciones de esta propuesta.
A partir
de esta situación, sobreviene inmediatamente un cuestionamiento ¿Qué hace
pensar que la Iglesia no hace política? ¿Acaso el Evangelio no tiene una
dimensión y consecuencias de esta índole? Diversos sectores manifestaron que la
Iglesia no debe meterse en política pero ¿qué concepto de política y de Iglesia
hay detrás de estas críticas?
En
primer lugar, hay que volver a aclarar una cuestión conceptual. Entendemos a la
política como aquello que incumbe a lo público, aquello que nos toca a todas las personas que
habitamos este suelo. Otra cosa muy
distinta, que hemos de repetir hasta el hartazgo, es la política partidaria. La
acusación, hecha desde los grandes monopolios de desinformación, es de realizar
precisamente partidismo. El anuncio y mensaje de Jesús, al decir del Monseñor
Hesayne, molesta y trastoca intereses[2].
Esto es un hecho, no siempre se puede quedar bien con todas las personas, el
Evangelio recibe a todas pero no a todas les dice lo mismo. Mientras que algunas les dice que les
pertenece el Reino de Dios (Cfr. Lc. 6,
20) a otras las llama a convertirse para lograr la salvación, que a veces hasta
parece algo muy difícil, casi imposible,
pero El mismo Maestro nos recuerda que no hay nada imposible para Dios (Cfr. Mc. 10, 23-17). Sin embargo, pareciese
incluso que, para algunos sectores eclesiales “bienentendidos”, la Gracia puede negarse o que es una cuestión
privativa, exclusiva, dejando entrever una salvación selectiva. Ante esto, reafirmamos las palabras de San Pablo Apóstol Dios quiere todos se salven (1 Tim. 2,
4).
En
segunda instancia, cuando hablamos de Iglesia ¿a qué estamos refiriendo? Atrás
queda entender a la Iglesia como una mera cuestión institucional, esto no
quiere decir que no exista esta dimensión, pero aquellos que buscamos andar los
caminos del Evangelio, no podemos quedarnos en este reduccionismo, del cual nos
vemos cotidianamente bastante excluidos. El Concilio Vaticano II nos dice al
respecto “Cristo, el único Mediador, instituyó y mantiene continuamente en la
tierra a su Iglesia santa, comunidad de fe, esperanza y caridad, como un todo
visible, comunicando mediante ella la verdad y la gracia a todos”[3].
La Iglesia como comunidad de los fieles
que comunica la gracia a todos y todas, hace presente el Misterio de la salvación, el cual es
también para todos y todas, sin exclusividades. Por eso, ¿con qué actitud se dice
que dicha celebración no debería haberse realizado? ¿Por qué reunirse a rezar
por “paz, pan y trabajo” genera tanto revuelo?
Pidamos a la Virgencita de Luján, Madre y Patrona del
Pueblo Argentino, nos ayude a ser siempre Iglesia
profética denunciando los sistemas que oprimen y excluyen,
anunciando así, con la certeza del Espíritu, que un mundo
más humano, más justo, más de Dios es y debe ser posible.
Gustavo
CULTURA DE BARRO
[2] HESAYNE M. Jesucristo:
Vida para el Pueblo (2006) Ed. Patria Grande pp. 41-42.
[3] Constitución dogmática sobre la Iglesia “Lumen Gentium” (1964) N°8.
[4] Curas villeros de CABA Y GBA Los movimientos sociales y su compromiso por una patria para todos (2018)
[5] Oración Ecuménica por Paz, Pan y Trabajo disponible en
https://www.youtube.com/watch?v=2MUJE2Iwulo
[6] Vale tomar como ejemplo, para notar como molesta
cualquier expresión de disconformidad, el caso que se dio a conocer en estos últimos
días. Un taxista que esperaba en el aeropuerto de Ezeiza a un
pasajero de una ONG alemana llamada “Brot für die welt” (pan para el mundo) fue
demorado por la policía por llevar dicho cartel y obligado a cambiarlo, por
considerarlo una “manifestación política”. https://www.bigbangnews.com/actualidad/Fue-a-buscar-un-pasajero-al-aeropuerto-con-un-cartel-que-decia-Pan-para-el-mundo-y-la-policia-se-lo-hizo-bajar--20181019-0006.html.
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