miércoles, 29 de octubre de 2014

"Hijos del viento" - Néstor Garnica

En esta tercera entrega de la sección musical, compartimos una reflexión en torno al tema del folklorista Néstor Garnica, titulado "hijos del viento".




Acá la letra para que la sigas:
 https://18b3a4d4454f2f8ff69f744d1e35e9dbd4f23b23.googledrive.com/host/0B8xt2rYlrJ0iUnA1ZWF3X3lCVm8/canciones/hijos.htm


Esta canción nos ayuda a continuar con la reflexión de este lunes. Habla de los hijos del viento, los hijos de nadie; pibes y pibas que son víctimas de la violencia, la soledad, la injusticia, la exclusión.  Son los empachados del hambre, los pibes sin calma, los que están en la calle, mendigando una moneda o tirados en la vereda destruyéndose con la droga. Son los que tuvieron que renunciar a su infancia precipitadamente porque no les quedaba otra. 

También son aquellos a los que les pusieron el rótulo de choros porque la sociedad necesitaba encontrar a algún culpable con el que desquitarse. “Pega poxi en los huesos, chumbo en la mano te vas haciendo. Cunumí (pibe) de avenidas, un día un corchazo te deja seco” nos canta Garnica. Muchas veces mueren, otras matan, porque nunca nadie les hizo ver que la vida vale la pena, sino todo lo contrario, le vendieron la mentira de la ley de la selva, la que dice que el más fuerte sobrevive, aún en soledad. Y por eso son los hijos del viento, porque están solos. ¿Cuántos pibes así vemos diariamente? ¿Cuántos son víctimas de los prejuicios?

Pero no termina ahí la historia. “Dame tu mano chango, de esquina a esquina me voy pa' viejo” repite varias veces la canción. Esos pibes, aún sin saberlo, esperan una mano, que los sostenga, que los levante, que les dé una caricia y un abrazo, que les dé la certeza de que, a pesar del dolor, de la violencia y de la humillación, aún existe un margen de posibilidad.  

Siempre que podamos salir al encuentro, derribando prejuicios y  dialogando, estaremos ayudando a ensanchar ese margen de posibilidad, estaremos dando esperanza para que los hijos del viento se reconozcan hijos de ese Dios que los ama en sus aciertos, en sus errores, en sus dolores y alegrías. Ofrecerles nuestra escucha y nuestra mano significa entonar a dúo con el cantante “no quiero que interrumpan tu transparente volar, tus sueños”. Allá, en algún lugar, están esos sueños que no tenían nada que ver con la droga, la violencia, la humillación y el dolor y que se perdieron hace tiempo. “Sueños de reyes magos que por tu casa no aparecieron”.

Pero no todo está dicho, “dame tu mano pibe, de esquina a esquina, ya me voy pa' viejo”. Encontrarse, charlar y preocuparse por el otro es el puntapié para que los sueños vuelvan a levantar vuelo y para volver a creer que otro mundo es posible. 
Danos tu mano, pibe, que necesitamos estrecharla para volver a soñar entre todos.   




Mariano

CULTURA DE BARRO

1 comentario:

  1. quien me pasa los acordes de esta cancion, a pominetti@gmail.com

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