Acá la letra para que la sigas: https://18b3a4d4454f2f8ff69f744d1e35e9dbd4f23b23.googledrive.com/host/0B8xt2rYlrJ0iUnA1ZWF3X3lCVm8/canciones/hijos.htm
Esta canción nos ayuda a continuar con la reflexión de este
lunes. Habla de los hijos del viento, los hijos de nadie; pibes y pibas que son
víctimas de la violencia, la soledad, la injusticia, la exclusión. Son los empachados del hambre, los pibes sin
calma, los que están en la calle, mendigando una moneda o tirados en la vereda
destruyéndose con la droga. Son los que tuvieron que renunciar a su infancia
precipitadamente porque no les quedaba otra.
También son aquellos a los que les pusieron el rótulo de choros porque la sociedad necesitaba encontrar a algún culpable con el que desquitarse. “Pega poxi en los huesos, chumbo en la mano te vas haciendo. Cunumí (pibe) de avenidas, un día un corchazo te deja seco” nos canta Garnica. Muchas veces mueren, otras matan, porque nunca nadie les hizo ver que la vida vale la pena, sino todo lo contrario, le vendieron la mentira de la ley de la selva, la que dice que el más fuerte sobrevive, aún en soledad. Y por eso son los hijos del viento, porque están solos. ¿Cuántos pibes así vemos diariamente? ¿Cuántos son víctimas de los prejuicios?
También son aquellos a los que les pusieron el rótulo de choros porque la sociedad necesitaba encontrar a algún culpable con el que desquitarse. “Pega poxi en los huesos, chumbo en la mano te vas haciendo. Cunumí (pibe) de avenidas, un día un corchazo te deja seco” nos canta Garnica. Muchas veces mueren, otras matan, porque nunca nadie les hizo ver que la vida vale la pena, sino todo lo contrario, le vendieron la mentira de la ley de la selva, la que dice que el más fuerte sobrevive, aún en soledad. Y por eso son los hijos del viento, porque están solos. ¿Cuántos pibes así vemos diariamente? ¿Cuántos son víctimas de los prejuicios?
Pero no termina ahí la historia. “Dame tu mano chango, de esquina a esquina me voy pa' viejo” repite
varias veces la canción. Esos pibes, aún sin saberlo, esperan una mano, que los
sostenga, que los levante, que les dé una caricia y un abrazo, que les dé la
certeza de que, a pesar del dolor, de la violencia y de la humillación, aún
existe un margen de posibilidad.
Siempre que podamos
salir al encuentro, derribando prejuicios y
dialogando, estaremos ayudando a ensanchar ese margen de posibilidad, estaremos
dando esperanza para que los hijos del viento se reconozcan hijos de ese Dios
que los ama en sus aciertos, en sus errores, en sus dolores y alegrías.
Ofrecerles nuestra escucha y nuestra mano significa entonar a dúo con el
cantante “no quiero que interrumpan tu
transparente volar, tus sueños”. Allá, en algún lugar, están esos sueños que
no tenían nada que ver con la droga, la violencia, la humillación y el dolor y
que se perdieron hace tiempo. “Sueños de
reyes magos que por tu casa no aparecieron”.
Pero no todo está dicho, “dame tu mano pibe, de esquina a esquina, ya me voy pa' viejo”. Encontrarse, charlar y preocuparse por el otro es el puntapié para que los sueños vuelvan a levantar vuelo y para volver a creer que otro mundo es posible.
Mariano
CULTURA DE BARRO
quien me pasa los acordes de esta cancion, a pominetti@gmail.com
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